Traducido literalmente del inglés significa “multitud instantánea”. Se trata de una acción en la que un grupo de personas, previamente coordinadas, hace algo inusual de forma conjunta en un lugar público, suscitando un grado de sorpresa en los transeúntes que se encuentran con ellos. Tras la realización de la acción se dispersa como si no hubiese pasado nada.

Es una moda que se cree comenzó a finales de los 60, y que con el progreso de los medios de comunicación y la consolidación de internet, ha visto un considerable aumento en los últimos años. “Lo conozco hace algunos años gracias a Youtube y a Facebook”, comenta Roberta Dimartino, participante en algunos flashmob.

Las convocatorias suelen hacerse a través de las redes sociales o correos electrónicos y no hay una razón concreta para la realización de un flashmob, algunos simplemente se hacen por diversión o entretenimiento. De hecho, la mayoría de sus participantes, entre ellos Raffaele Bomparola (también participante asiduo en esta nueva moda), coinciden en que “es algo diferente y sobre todo divertido”.

Otros, sin embargo, piensan que con ellos se busca “manifestarse contra una situación que hay en un determinado país o un problema que afecta mucha gente”, tal como afirma Antonio Calia (estudiante que participó en un flashmob)
También buscan en esta acción una nueva forma de protesta de publicidad para empresas, manifestación política… A través de los distintos medios se fija un día, una hora y el lugar donde se llevará a cabo la acción. Los participantes suelen estar sincronizados, guiándose por la hora oficial, para que todos tengan muy claro cuándo comenzará la acción.