Las personas alérgicas ven la llegada de la primavera con cierto temor, ya que es la época del año en la que están más expuestos a episodios alérgicos ocasionados por la concentración de polen en el aire. Hay una serie de consejos que conviene tener en cuenta para hacer más llevadera la situación:
1. Evitar ir al campo en las épocas de polen. A partir del mes de marzo empiezan a aparecer las concentraciones de polen en el aire. Por ello, es preciso esquivar también los parques cuando están barriendo los jardines y podando el césped.
2. No permanecer durante mucho tiempo al aire libre los días de sol y viento. Esta combinación es la peor posible para los alérgicos, tanto en invierno como en verano. Es preciso no olvidar que los árboles de la familia del ciprés polinizan incluso a finales de enero.
3. Mantener cerradas las ventanas. Para evitar la entrada en casa de polen y partículas a las que se es alérgico. Es conveniente mantener las ventanas cerradas cuando hace viento.
4. Pulverizar la casa con agua.
Puede servir como truco antes de dormir para que los pólenes que hayan
entrado durante el día se depositen y dejen de flotar en el aire de
la habitación.
5. Consultar con el médico. Es la mejor opción que es preciso seguir cuando exista algún tipo de molestias: lagrimeo, irritación nasal, picor, estornudos… El médico aconsejará algunas pruebas para intentar detectar a qué tipo de polen, planta o animal tiene reacciones alérgicas.
6. Recurrir a las vacunas. Muchas personas alérgicas inician, antes de la llegada de la primavera, una serie de vacunaciones subcutáneas controladas por el especialista.
7. Eliminar el alfombrado, las
persianas, las mantas o almohadas rellenas de plumas y los armarios llenos
de ropa.
8. Laver la ropa de cama, cortinas y ropa a menudo en agua caliente para eliminar los ácaros del polvo.
9. Utilizar el aire acondicionado en lugar de abrir las ventanas.
10. Ir a la playa durante la estación donde la existencia de polen sea mayor.
