Para que una persona alérgica pueda controlar los síntomas de alergia, el médico primero debe determinar la causa. Las pruebas de alergia proporcionan información específica concreta sobre las sustancias a las que se es alérgico y a las que no. Una vez identificados los alérgenos específicos que ocasionan los síntomas se puede elaborar un plan de tratamiento destinado a controlar o eliminar los síntomas.
Los alérgenos más frecuentes que componen las pruebas para diagnosticar la alergia son:
- Productos de los acáridos
del polvo.
- Proteínas de animales con pelo, que se encuentran en las secreciones
cutáneas (caspa), saliva y orina.
- Moho dentro de su hogar o en el aire exterior.
- Polen de árboles, césped o hierba.
-Excrementos de cucarachas.